Monday, December 14, 2009

Si algo está enfermo, está con vida

Desde que la conocí, el latir de su corazón se convirtió en mi sonido preferido, no había noche en la que no me acostara en su pecho y me perdiera en ese palpitar rítmico, lleno de vida. Todos los días la miraba a los ojos mientras mis sentidos se llenaban de ella, era la mujer de mis sueños. 
Me duele escribir estas líneas a 3 años de su muerte, yo ya estoy viejo, y recordar no me hace vivir, prefiero imaginarnos envejeciendo juntos a pasar de nuevo por aquellos terribles momentos de angustia, en los que si quería saberla viva, tenía primero que saberla agonizante, desahuciada. 
Nos enteramos que tenía cáncer en los pulmones cuando llevábamos 22 años de casados, los médicos dieron todas sus esperanzas y prometieron que se salvaría, pues habíamos detectado la enfermedad a tiempo, y fue así, pero luego de tres intensos años de batalla, el mal volvió, ésta vez los resultados no eran tan favorables como antes, los doctores bajaban la mirada al darnos las noticias: Eva iba a morir en unos cuantos meses. 
Pronto, la casa se convirtió en un hervidero de enfermeras y medicinas, yo me volvía loco viendo los esfuerzos inútiles que hacíamos, pero le ponía mi mejor sonrisa cuando entraba al cuarto; ella no sabía nada... pero era inteligente, mucho, rápidamente se sintió 'más para allá que para acá', así lo dijo, y aún así, no se rindió.
La empresa más complicada fue seguirle el ritmo a sus animosos comentarios, 'cuando me vaya, riegas mis plantas ¿eh?, ya sé que te choca, pero hazme ese pequeño favor', no tenía idea de qué contestarle, en la escuela me enseñaron a hacer cuentas, pero no a asentir cuando sientes que se te rompe el corazón en mil pedazos...


Honestamente, ya no sé qué más decir, es obvio el dolor que pasé, que pasamos y sigue latente, al menos en mí, pero mi hermano me dijo que era buena terapia escribir lo que uno siente... si supiera que mi mejor 'terapia' sería sufrir lo mismo que ella, para al final quedarme a su lado eternamente. 
Siempre fui un enamorado de la vida, considero que todo es rosa, pero cuando Eva falleció, me convertí en un observador, mucha gente quiso presentarme mujeres, guapas todas, pero ya no pude. ¿Qué se hace cuando tu mundo está tres metros bajo tierra, pudriéndose? supongo que te quedas flotando a la deriva, esperando tu hora, pero ¡cómo se tarda la mía!


En fin... fueron tiempos de terrible lucha y dolor. Tuve que cambiar el latido de su corazón por un pitido odioso que mantuvo siempre mi alma en vilo, pues llegó el día que se detuvo, y con él mi vida entera. 

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