Wednesday, March 10, 2010

Today your love, tomorrow the world…

El mundo. Mi mundo, hoy.

Y mordía una manzana cuando me recordaron los chicles con sabor casi interminable. Mi mirada quedó fija al escuchar aquello. Chicles con sabor casi interminable... Y el crack en el corazón no se pudo evitar. Lo escucho, lo siento, cambio de tema y casi de inmediato vuelvo a darle cuerda al reloj de mi vida. Ric ric. Once vueltas serán suficientes -pensé-, lo hice lo más rápido que pude, y sin embargo siguió parado…
Veintiséis vueltas más para hacerlo funcionar de manera regular…

Hoy me doy cuenta que ni el pasado ni los recuerdos pueden dejarse en los sueños o guardados en el cajón. El mundo sigue su curso pero a mí alguien me recuerda los chicles con sabor casi interminable y el reloj que le da cuerda a mi vida se congela. Hoy tu esencia es sólo un recuerdo y pese a ello, mi caminata no cesa. Camino impregnada de saudade, saudade de la piel, del olor, de los besos. Saudade de la presencia, y de la ausencia consentida, poco importa lo que piense, lo que sienta, las decisiones que haya tomado esta semana y hasta lo que digan los demás, tú sigues siendo eso, mi ausencia consentida…

1 comment:

  1. Y como los chicles, mil cosas más detendrán ese reloj. No pasa nada. Le damos cuerda y seguimos. Con lágrimas, con una sonrisa, con abrazos de Bob o con agua de horchata.

    El que huye de los recuerdos huye de sí mismo.

    Te quiero.

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