Sunday, March 7, 2010

Today your love, tomorrow the world

Somos tercos: hemos leído ya a Romeo y Julieta, visto a Jack y Rose, llorado con infinidad de parejas malogradas en el mundo literario-cinematográfico y no entendemos el hecho de que jamás es sano entregarse a una persona al 100% Tomamos todo como una señal para embelesarnos, y le decimos adiós a la lógica cerebral. Ese pequeño músculo sanguinoliento se apodera de nosotros y somos caso perdido: Un coma romántico. La vida es rosa. Dedicamos horas enteras a aquella persona que nos tiene en las nubes y de pronto te cae como balde de agua fría la noticia de que todo terminó ¿Y qué haces? Lloras, lloras y lloras como idiota porque no te diste cuenta, porque las señales estaban ahí. Pero ¡No! Si volviésemos a pasar por lo mismo, repetiríamos la historia, el amor es una cosa demasiado bonita, tanto, que estamos dispuestos a soportar cualquier tipo de hiel con tal de probar la miel por breve que sea el saber de ésta.
Cuando eso me sucede a mí, me dan ganas de largarme a otra parte del mundo, no ser yo, al menos no para los demás. ¿Podría irme a China? Reinventarme, decir que me llamo Minerva y no Adriana, que soy pendejamente feliz y que estoy escribiendo un libro de Tin Tan. Suena bien ¿No? Pero es imposible, humanamente imposible, Adrianamente imposible, ¿A qué me voy, cómo, cuándo y para qué? Las cosas tiene que mejorar, y si no lo hacen, la curiosidad me mantendrá aquí... Creo. Lo agradezco de todas formas, aunque el amor sea palpable y el mundo no. Primero fuiste tú, ya vendrán las ciudades, pues no podemos huir de nosotros mismos, pero tampoco es viable regresar al amor y aparentemente el mundo tiene que esperar. ¿Nos volamos la tapa de los sesos? 

No comments:

Post a Comment